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EL ESPÍRITU DEL DIOS ES UNO (Primera parte)

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Mensaje por Admin Sáb Mar 18, 2017 3:20 pm

EL ESPÍRITU DEL DIOS ES UNO
(Primera parte)

Original por L.S.M. revisado por Armando Zanolla

LECTURA BÍBLICA:

Is. 45:5; 1 Co. 8:4; Mt. 28:19; Jn. 1:1; 2 Co. 3:17; He. 1:8-9; Ap. 1:4; 4:5; 5:6.

I.                 SOLO HAY UN ESPÍRITU DE DIOS.

En la realidad espiritual y física, hay un sólo Espíritu de Dios. Dios es el sólo Espíritu. No hay otro Espíritu de Dios como El. El Espíritu del Dios Triuno es el único que subsiste desde la eternidad; En Isaías 45:5; dice:

“Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí”.

En 1 Corintios 8:4; leemos:

“Y que no hay más que un Dios”.

En todo lo subsistente sólo hay un Espíritu del Dios, como el supremo ser de la realidad espiritual y la realidad física.
El Espíritu de Dios tiene una sola voluntad y es inmutable; tiene un sólo propósito y es eterno; y tiene una sola economía y es perdurable. Su propósito es restablecer Su reinado en la realidad espiritual como en la creación; reinado que se interrumpió, debido a la rebeldía de la estrella de la mañana, conocida como Satanás y por el primer Adán.

El Espíritu del Dios Triuno, que nos conoció, nos escogió, nos predestinó, nos llamó, nos redimió, nos justificó y nos glorificó es un sólo Espíritu y el hombre puede participar de esta realidad cuando Él está formado en su corazón. Por esto motivo es el Espíritu del Dios económico, es un Espíritu corporal, corporativo y personal.

El Espíritu del Dios Triuno, es el que creó los cielos, la tierra y al hombre, para Su propósito eterno. Su propósito consiste en hacer que la realidad física participe plenamente con la realidad espiritual, en un solo Espíritu corporal y corporativo, que pueda participar de la realidad espiritual como de la realidad física, como de la espiritual, para Su gloria y bajo Su Reinado en todo la nueva creación.
El Espíritu que ama al hombre, es un sólo Espíritu, es corporal, personal y corporativo, debido que el hombre puede participar de todo lo que es el Espíritu del Dios Triuno, y de Su economía mediante un cuerpo espiritual cuando vive formado en Él.
El Espíritu que se encarnó para morir por nosotros a fin de redimirnos, perdonarnos, justificarnos, lavarnos, ungirnos, formarnos y reconciliarnos consigo mismo, es un solo Espíritu y es corporativo debido que el hombre está en Él mediante el Espíritu del Cuerpo corporativo de Cristo Glorificado que es la Iglesia.
El Dios que murió, fue sepultado, resucitó y ascendió al cielo para ser nuestra Verdadera Vida, para redimirnos, justificarnos regenerarnos, formarnos, santificarnos, y glorificarnos, es un solo Espíritu Triuno desde la realidad de Dios.
Al mismo tiempo es corporativo debido que el hombre está integrado al cuerpo de Cristo, el cual tiene la misma esencia Espiritual del Espíritu del Padre, del Espíritu del Hijo y el Espíritu Santo del Dios Todopoderoso y Triuno.
El hombre sólo tiene un Espíritu como Su Dios personal: no dos, ni tres ni muchos, sino solamente tiene un Espíritu corporal, personal y corporativo.
Su nombre es: יהוה (JHWH) que significa:
“Yo soy el que existe por sí mismo”.

II.              EL ESPÍRITU DE DIOS, ES TRIUNO.

EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO

A pesar que el Espíritu de Dios es uno, hay algo muy singular acerca de Su Espíritu. Su Espíritu se ha manifestado en tres realidades, es decir, Él es “El Espíritu Triuno” (en latín, “tri” significa tres y “uno” significa uno). Es por eso que le llamamos el “Espíritu del Dios Triuno”.
Tal vez se pregunte usted de dónde proviene este término, ya que no existe tal número en las matemáticas humanas. En Mateo 28:19 el Señor Jesús dice:

“Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Aquí el Señor habla claramente de las Tres Realidades del Espíritu, o sea, el Espíritu del Padre, el Espíritu del Hijo y el Espíritu Santo; sin embargo, notemos que se refiere a “EL NOMBRE” en singular, lo cual indica una única y sola sustancia, que las tres realidades de Dios participan.

Aun podríamos decir que el nombre del Espíritu de nuestro Dios es “Padre, Hijo y Espíritu Santo”. En versículos como éste podemos ver en la Biblia, que nuestro Dios es uno, y a la vez Su realidad se manifiesta de tres formas, dependiendo de cómo lo miremos.
Cada una de estas realidades está completa en sí misma y cada una representa una realidad completa y única en un Espíritu.

III.          EL MISTERIO.

El Espíritu del Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— es un misterio desde la perspectiva de la mente finita del hombre.
Nosotros como seres humanos, limitados y finitos, no podemos entender esto perfectamente, ni definirlo de una manera real ni visualizarlo perfectamente. Solo tenemos que aceptar lo que dice la Palabra del Espíritu de Dios sin interferir de manera alguna.

Juan 1:1 dice: “Y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”.

Basados en esta definición “y el Verbo estaba con Dios”, podríamos entender que el Verbo y Dios son dos, ya que el Verbo estaba con Dios. Pero la cláusula “el Verbo era Dios” indica que el Verbo y Dios son uno, pues el Verbo era el Espíritu de Dios.
¿Son Ellos dos o uno? Ciertamente las dos afirmaciones son verdaderas; esto es un verdadero misterio para la mente del hombre. Nos hace talvez entender que cada una de estas realidades es completa y única en sí misma en un solo Espíritu.

En 2 Corintios 3:17 dice que “el Señor es el Espíritu”.

Aquí el Señor y el Espíritu son uno, porque el Señor es el Espíritu.
Luego el mismo versículo habla de “el Espíritu del Señor”; esto indica que son dos.
¿Son el Señor y el Espíritu uno o dos? Esto es realmente un enigma para la mente finita del hombre. Pero sabemos que el hombre es completo cuando tiene el Espíritu formado en él, en una unidad espiritual y corporal.

En hebreos 1:8-9 se dice que el Hijo es llamado Dios; luego se hace referencia a Dios como “el Dios Tuyo”:

“Más del Hijo dice: Tu trono, oh Dios; por el siglo del siglo...por lo cual te ungió Dios, el Dios Tuyo”.

¿Podemos entender plenamente esta frase? Podemos decir a Dios: “¿Oh, Dios... te ungió el Dios Tuyo”? Si no entendemos como es el Espíritu de Dios esto se trasforma en un misterio para la mente del hombre a menos que los dos son dos realidades que representan en mismo Espíritu, ¡El Espíritu de Dios!

En Apocalipsis 4:5 y 5:6 dice que el Espíritu de Dios es llamado “los siete Espíritus”.

4:5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
5:6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

¿Cómo puede tener el único Espíritu de Dios sietes Espíritus si es uno? Aquí podemos tener otro misterio para la mente del hombre. Pero podemos talvez entender que cada parte Espiritual del Espíritu de Dios es un solo Espíritu que, pero es corporativo a pesar de ser un ser simple y no compuesto. Un misterio aún mayor.
Su corporación espiritual es de un Espíritu simple y único. Muchos afirman que no puede ser así, debido que no podemos imaginar algo que sea simple y al mismo tiempo corporativo.
Por esto ven en Dios, tres personas distintas separadas la una de la otra, lo cual es una herejía. Puede ser que otros no se atrevan a decirlo. Pero muchos se lo creen intelectualmente.
Otros, afirman que solo una de estas realidades espirituales es el verdadero Espíritu de Dios. Lo hacen debido a su mente finita que no puede comprender y haciendo así, fragmentan al mismo Espíritu de Dios con una autoridad que no tienen según la Palabra del Espíritu de Dios.
Visto de la perspectiva de la realidad espiritual, las siete lámparas de fuego son una unidad en el Espíritu y los siete ojos lo son también, como lo es el Padre, el Hijo juntamente con toda la Iglesia y todos los espíritus de los Santos de todos los tiempos que forman juntamente el Nuevo Hombre que también es un espíritu, el espíritu del Dios económico.

Queridos hermanos y hermanas, tenemos que aprender a simplemente aceptar la Palabra pura de la manera que la estamos recibiendo.
Estas definiciones no deben ofuscar nuestra mente. Muchas cosas de la Vida espiritual y de la creación, no son descifrable para el intelecto humano, que es limitado, sólo podemos darnos una idea limitadas de ellas.
La ciencia tiene muchos misterios, los podemos ver y disfrutar, pero muchas veces no lo podemos explicar ni entender es su plenitud.
Nosotros, tenemos la vida en nuestro cuerpo, pero nadie puede exponer al último detalle, cómo es esta vida de una manera perfecta, porque es aún un misterio para la mente humana.
Además, hay un espíritu corporativo dentro de nosotros, lo cual es aún más misterioso debido que en nuestro espíritu contenemos no solo el Espíritu de Dios, más de todos los santos de todos los tiempos. Cuando el Espíritu de Dios se mueve se mueve en una corporación a pesar que solo una de estas partes opera en un momento dado.
Esto quiere decir que en nuestro Nuevo Espíritu tenemos individualmente y corporativamente la Vida del corazón de todos los Santos, aún los muertos en Cristo.
Tenemos el corazón vivo de Juan, de Pedro de Pablo, de Esteban… que vibran en nuestro corazón Nacido de Nuevo, debido que estamos en Cristo y participando de su corporativizad.
Cuando entristecemos un miembro de la Iglesia local, entristecemos todos los miembros de la Iglesia Universal, aún si ya son muertos físicamente. ¿Cómo podemos ser tan necios?

Hermanos y hermanas, ¿Qué es la verdadera Vida del hombre? ¿La física o la espiritual o las dos? ¿Y cómo es la Vida del espíritu del hombre? ¿Es temporal o eterna?  Nadie puede dar una explicación definitiva de todo ello, pero si podemos disfrutar de estos misterios de manera real.
Si no podemos comprender el misterio del hombre, que es comparativamente menor al del misterio del Espíritu del Dios Triuno, ¿cómo pretendemos entender el gran misterio del Espíritu de Dios: con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Existen muchas otras cosas inexplicables en el universo, que para nosotros son todavía UNOS MISTERIOS.
Con nuestra mente limitada sólo podemos comprender algunos hechos, pero no podemos entender como realmente son, especialmente cuando perteneces a realidades que son diferentes.
Si no podemos entender exactamente los secretos del universo que existe en nuestra realidad física, ¡mucho menos podremos comprender al Espíritu del Dios Triuno, que existe en la realidad espiritual!
No podemos entender Su eternidad, Su omnisciencia, Su presciencia, Su inmutabilidad, Su amor, solo podemos aceptarlas.
Por las cosas creadas podemos entender que tienen que haber tenido un principio. Esto es una ley.
Una realidad, es un principio visto desde la perspectiva de esta realidad. Podemos talvez entender que es eterna porque podemos suponer que subsistía en otra realidad antecedentemente.
El Espíritu de Dios es eterno porque El subsistía ya en la realidad espiritual pasada. La realidad espiritual no es la realidad física. La física ha tenido un inicio y probablemente la espiritual también hundida en la eternidad pasada que no conocemos.
Lo espiritual es lo que tiene producido lo físico. Desde la prospectiva de lo físico, el Espíritu de Dios es Eterno porque subsistía en otra realidad antes de la creación y talvez antes de esta ultima.
El hombre, debido que tiene en él una parte espiritual, hace parte de la realidad espiritual. Tenemos un Espíritu personal en nosotros, debido a este lazo espiritual que tenemos con el Espíritu del Dios Triuno.
Si en nosotros no hubiera un espíritu no podría haber un Espíritu corporal, personal y cooperativo en nosotros.
Pero el Espíritu de Dios hizo el hombre a su imagen y semejanza y es por esto que podemos tener un Espíritu corporal, personal y cooperativo en nosotros.
Mediante nuestro espíritu, podemos tener una relación corporal, personal y cooperativa, con el Espíritu del Dios.
Aunque no podamos entender el misterio de la Trinidad Divina, sí podemos recibir y disfrutar al Espíritu del Dios Triuno en nosotros mediante la fe. No lo podemos entender, ¡pero lo podemos disfrutar!

En el pasado, el hombre no tenía conocimiento de muchos misterios físicos; sin embargo, podía disfrutar de sus beneficios.
El Espíritu del Dios Triuno no se revela para que lo entendamos, sino para que lo disfrutemos. Si intentamos entenderlo producimos pura vanagloria, porque entender algo eterno que, no tiene inicio ni fin, es muy presumido.
Todo lo que Él es, y tiene hecho, es para nuestro disfrute. Aunque no podemos entenderlo plenamente, sí podemos aceptar todo lo que la Biblia declara acerca de Él y disfrutarlo.
El Espíritu del Dios Triuno no está para dar premio o castigo. Su objetivo es el de tener una relación corporal, personal y corporativa con el hombre físico, mediante la realidad espiritual y física, a fin de unir la realidad espiritual, con la realidad física, para que el hombre disfrute de ambas en una unidad corporativa.

EL ESPÍRITU DEL DIOS TRIUNO ES ETERNO.

Lectura Bíblica

1 P. 1:2; Ef. 1:17; He. 1:8; Hch. 5:3-4; Is. 9:6; He. 1:12; 7:3; 9:14; Mt. 3:16-17; Jn. 14:16-17; Ef. 3:14; Jn. 17:5; 14:10-11; 1 Co. 15:45b.

I.       LOS TRES, EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO, SON EL ESPÍRITU DEL DIOS TRIUNO

Hemos visto que sólo hay un Espíritu de Dios, pero este Espíritu de Dios es un Espíritu Triuno el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Pero esto no quiere decir que el Padre sea un tercio de Dios, el Hijo otro tercio y el Espíritu el último tercio. ¡No! Más bien, el Padre es el Espíritu de Dios, el Hijo es el Espíritu de Dios y el Espíritu es Dios también.
Todo esto en una sustancia simple la cual forma una unidad espiritual.

En 1 Pedro 1:2 dice:

“...Dios Padre”,

y en Efesios 1:17 dice:

“Dios... el Padre de gloria”.

Estos versículos declaran que el Padre es Dios.

Hebreos 1:8 dice:

“Mas del Hijo dice...oh Dios”,

y Juan 1:1 afirma:

“el Verbo era Dios”.

Estos versículos revelan claramente que el Hijo es Dios.

En Hechos 5:3-4 leemos:

“¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que engañases al Espíritu Santo? ... No has mentido a los hombres, sino a Dios”.

Esta afirmación definitivamente dice absolutamente, que el Espíritu Santo, también es Dios.

Las Escrituras, nos afirman con toda claridad, que las tres realidades, —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son el mismo Espíritu Triuno de Dios en una misma sustancia simple; sin embargo, esto no significa que sean TRES Dioses.
Todos ellos hacen parte de una única parte Espiritual simple que conocemos como la Deidad.

Las Escrituras nos afirman clara y definitivamente que hay un sólo Dios. Aunque en tres realidades distintas —el Padre, el Hijo y el Espíritu— no son tres Dioses sino un solo, el Espíritu de Dios que es Triuno y es un Espíritu.

¡Esto es un misterio inescrutable por la mente humana!
Pero alabamos al Señor, porqué según las Escrituras, ¡podemos recibir este Espíritu en nuestro espíritu y participar de Él de forma corporal, personal y corporativa y disfrutar de Su Vida Espiritual en nuestro vivir en el mundo físico!

II.       LOS TRES SON ETERNOS

Los tres —el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo— son eternos.

El Padre es eterno.
Isaías 9:6 usa el término “Padre eterno”.
La traducción literal de esta frase hebrea es:

“Padre de eternidad” o “Padre eterno”.

Así que, el Padre es eterno.

El Hijo es eterno.
Hebreos 1:12 dice del Hijo:

“Pero Tú eres el mismo, y Tus años no acabarán”.

Hebreos 7:3 dice que Él no tiene principio de días ni fin de vida, lo cual quiere decir que es eterno. Lo que es “eterno” no tiene principio porqué es una realidad espiritual; ni fin, porque el Espíritu puede vivir eternamente sea en el mundo físico sea en lo espiritual.
Esta es la razón por la que se usa un círculo para representar al Dios eterno y no una línea recta. El círculo no tiene principio ni fin.

El Espíritu es eterno.
Hebreos 9:14 menciona

“el Espíritu eterno”.

Por lo tanto, conforme a la Biblia declaramos que los Tres, el Padre, el Hijo y el Espíritu, son eternos porque hacen parte de un solo Espíritu Eterno, juntamente con todos lo que hacen parte de Él en su economía, manteniendo su realidad en una unidad, simple y en un Espíritu.

III.          LOS TRES COEXISTEN AL MISMO TIEMPO, Y NO EN MODOS O ETAPAS SUCESIVAS

En Mateo 3:16-17 vemos que el Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten, es decir, que existen simultáneamente. En este cuadro maravilloso de la Trinidad Divina, Jesús (el Hijo) subió del agua luego de ser bautizado; al mismo tiempo, el Espíritu Santo descendió sobre El; y también al mismo tiempo, el Padre habló desde los cielos, concerniente al Hijo.
Más aún, consideremos Juan 14:16-17, que dice:

“Y Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de realidad”.

En esto versículo vemos al Hijo orando al Padre para que envíe el Espíritu. Por tanto, el Padre, el Hijo y el Espíritu están todos presentes al mismo tiempo manteniendo una relación personal.

En Efesios 3:14-17 Pablo dice que él ora al Padre para que nos fortalezca con poder en el hombre interior por Su Espíritu, para que Cristo haga Su hogar en nuestros corazones. Esto denota un Espíritu de Dios personal.
En este pasaje tenemos al Padre, al Espíritu y a Cristo el Hijo; todos existen al mismo tiempo.
La Biblia no dice que el Padre existió por cierto período, y que luego que el Padre se hizo el Hijo, así que el Padre dejó de existir. Tampoco dice que después de cierto tiempo el Hijo ya no existió más, porque llegó a ser el Espíritu. Esta es una enseñanza errónea, una herejía llamada “modalismo”.
La gente que enseña esto piensa que Dios existe en tres modos o etapas sucesivas: primero el Padre, luego el Hijo y finalmente el Espíritu.
Las Escrituras claramente dicen que los Tres coexisten eternamente. Juan 1:1 dice:

“En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”.

El Verbo es el Hijo. Él estaba presente en el principio de la creación física, desde la eternidad con Dios el Padre y era Dios mismo. La eternidad simboliza la realidad espiritual y es manifestada en la realidad física.
En la realidad física el Espíritu del Dios Triuno estaba ya presente, debido que su origen estaba en la realidad espiritual que es eterna si se ve desde la perspectiva de la realidad física.
En Juan 17:5 el Señor oró refiriéndose a la gloria que Él había compartido con el Padre antes que el mundo fuese, en la realidad espiritual. Por consiguiente, tanto el Padre como el Hijo son eternos simultáneamente y existían en la realidad espiritual antes que se produjera la realidad física.

El Espíritu también es eterno.
En hebreos 9:14, se le llama “el Espíritu eterno”.
Fue el Espíritu del Dios Triuno quien dijo en Génesis 1:26:

“Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”.

El Espíritu del Dios Triuno estaba allí antes de la creación del hombre, en la realidad espiritual, produciendo la vida física en la realidad física. Él Espíritu hizo al hombre para que este tuviera una unidad corporal, personal y cooperativa con Él, parte de la esfera de Su Espíritu, manteniendo su propia realidad dentro de una unidad.

IV. LOS TRES MORAN EL UNO EN EL OTRO ETERNAMENTE, Y NO SON TRES DIOSES SEPARADOS

El Padre, el Hijo y el Espíritu no sólo coexisten, sino que también participan el Uno en el Otro en un mismo Espíritu. Juan 14 dice que el Hijo está en el Padre, y el Padre está en el Hijo (vs. 11) dice:

11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí.

Desde la realidad espiritual, ver al Hijo es ver al Padre. Cuando el Hijo habla, quien habla es el Padre mediante el mismo Espíritu. Ambos son inseparables.

El Hijo, después de Su muerte, sepultura, resurrección, y glorificación, fue hecho el espíritu vivificante en su economia (1 Co. 15:45b).

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

El Espíritu del Hijo, en quien el Espíritu del Padre está, fue hecho el espíritu vivificante para ser impartido al hombre mediante el Espíritu Santo y estas tres realidades son el Espíritu del Dios Triuno.
De modo que el Espíritu del Dios Triuno, puede entrar en el espíritu de un pecador y tener una relación corporal, personal y cooperativa con él, haciendo una unidad con él manteniendo su realidad espiritual, pero al mismo tiempo ser corporal y corporativo.
El Hijo viene a nosotros como el espíritu vivificante en el cual subsiste el Espíritu del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porqué las tres realidades hacen parte de la esencia y del mismo Espíritu.
Por una parte, son tres; pero por otra, son uno, porque la esencia de un Espíritu no puede separarse, debido que es una unidad inseparable.
El Padre, el Hijo y el Espíritu son el fundamento de la esencia del Espíritu del Dios Triuno.
Vimos que el Padre, el Hijo y el Espíritu son el solo Espíritu del Dios Triuno, y no tres Dioses diferentes tienen una sola esencia.
Sin embargo, algunos cristianos consideran que el Padre, el Hijo y el Espíritu son tres Dioses. Algunos lo declaran abiertamente. Otros no se atrevan, pero intelectualmente apoyan esta idea.
La enseñanza que dogmatiza que hay tres Dioses se llama “triteísmo”, y es una herejía. El Espíritu de Dios es uno.

EL ESPÍRITU DEL HIJO ES LA CORPORIFICACIÓN DEL DIOS TRIUNO

Lectura bíblica

Jn. 1:1; 20:28; Fil. 2:6; Is. 9:6; Jn. 14:9-10; Mt. 1:18, 20; Jn. 6:46; 2 Co. 3:17; Col. 1:19; 2:9.

Hasta ahora hemos visto que el Espíritu del Dios Triuno es uno.
Este Espíritu de Dios es Triuno existe por el Padre, el Hijo y el Espíritu; los Tres son el Espíritu del Dios Triuno, son eternos, coexisten y moran el Uno en el Otro eternamente en la realidad espiritual.
El Padre es el Espíritu de Dios, el Hijo es el Espíritu de Dios y el Espíritu Santo es el Espíritu de Dios.
El Padre, el Hijo y el Espíritu no existen en diferentes tiempos como tres distintos modos o etapas sucesivas de un Dios. No son tres Dioses separados, sino el único Espíritu del Dios Triuno.
Tampoco se pueden dividir escogiendo uno de ellos como el solo Espíritu de Dios.
¡Qué Dios tan misterioso! Pero, aunque Él es misterioso, podemos experimentarlo y disfrutarlo.

¡Aleluya! Y ¡Aleluya!

Desde hombres relegados al mundo físico, ahora podemos disfrutar que el Espíritu del Dios Triuno, pueda gobernar nuestras vidas mediante su Espíritu, para tener la sabiduría de hacer lo que es Justo y Santo según Él Espíritu, y no lo que al mundo físico le parece el bien y lo qué le parece es el mal.
Podemos disfrutarlo y hacer parte indisoluble del Espíritu del Dios Triuno, con la capacidad de complacernos de Su Realidad Espiritual y de la realidad física, desde la eternidad, hacia la eternidad sea física, que espiritual.
Es desde la eternidad espiritual que hacemos parte de este Espíritu corporal y corporativo, tan maravilloso de manera personal y corporativa, y que vemos ahora, como nuestra realidad espiritual y física.
A pesar que la vida física ahora, es un paréntesis, se extenderá en la eternidad, en el Espíritu del Dios Triuno.
Ahora veremos, que el Hijo también es el Dios Triuno.

I.                 EL HIJO ES EL ESPÍRITU DIOS TRIUNO.

Juan 1:1 dice: “El Verbo era Dios”.
Juan 20:28 narra: “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!”.
Filipenses 2:6 declara: “El cual, existiendo en forma de Dios”.

Todos estos versículos nos dicen que el Hijo, Jesucristo, es el Espíritu Dios; algunos piensan que es meramente el Hijo de Dios, descartando que sea el Espíritu del Dios.
Pero la Biblia nos revela claramente que si bien Él es el Hijo de Dios, Él es el Espíritu del Dios Triuno mismo y no una Persona separada de Dios. Él es el propio Espíritu del Dios Triuno: era el Espíritu del Dios Triuno en la realidad espiritual antes de la creación física, era el Espíritu del Dios Triuno en el principio de la creación física, y era el Espíritu del Dios Triuno encarnado mientras Cristo vivió en la tierra como hombre hace dos mil años. Esto es si debido que los tres no pueden jamás separarse debido que son un Espíritu. Si se pudieran separar entonces si tendríamos tres Dioses.
El Espíritu del Hijo, es el Espíritu de Jesucristo Glorificado como Cristo, y seguirá siendo el Espíritu del Dios Triuno por toda la eternidad. La unidad del Espíritu no se puede dividir.
Hermanos y hermanas, esto nos tienen que dar mucha seguridad, porque una vez que tenemos el Espíritu del Dios Triuno formado en nosotros, seremos unido al este Espíritu por toda la eternidad corporalmente, personalmente y cooperativamente y jamás se podrá dividir.

II.              EL HIJO ES EL PADRE.

Otra faceta de la Deidad es que el Espíritu del Hijo es el Espíritu del Padre.

Isaías 9:6 dice:

“Hijo nos es dado... y se llamará Su nombre Padre eterno”.

El mismo Señor Jesús dijo en Juan 14:9-10:

“El que me ha visto a Mí, ha visto al Padre... Yo estoy en el Padre, y el Padre está en Mí”.

Aquí la Biblia declara otra vez que Jesús el Hijo, es también el Padre. El Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo son uno y son inseparables, no se pueden apartar el uno del otro. Donde está Uno, está el Otro. Por esto el Espíritu del Hijo, también es el Espíritu del Padre.
No entendemos cómo el Espíritu del Hijo puede ser también el Espíritu del Padre, y ser el Espíritu Santo, pero esto es lo que la Biblia declara, y nosotros simplemente lo creemos.

III.          LA ENCARNACIÓN DEL HIJO ES POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.

En Mateo 1:18 dice:

“María... se halló que estaba encinta por obra del Espíritu Santo”.

El versículo 20 añade:

“Porque lo engendrado en ella, del Espíritu Santo es”;

Y en Lucas 1:35 leemos:

“El Espíritu Santo vendrá sobre ti... por eso también lo santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.

Estos versículos muestran que el Hijo se originó por obra del Espíritu Santo. Su origen fue el Espíritu Santo de Dios. El Espíritu intervino en el mundo físico y apareció el Hijo de Dios encarnado.
En este sentido, podríamos decir que el Espíritu hizo posible el Hijo en Su encarnación.
Esto significa que en el ser de Jesús está la esencia misma del Espíritu del Dios Triuno eterno. Esta tiene que ser una buena noticia por el hombre.
Si Jesús fue capacitado para contener al Espíritu del Dios Triuno, también nosotros tenemos esta capacidad en nosotros, debido al espíritu que está en nuestros corazones.
El Espíritu Santo depositó en María la esencia del Espíritu de Dios en ella. Esto no es como creen ciertas religiones que el Espíritu de Dios tuve un contacto sexual con María, un único que hizo por su poder fue depositar la esencia del Espíritu de Dios en ella. ¿Cómo? También es un misterio que no podemos entender.

IV     EL HIJO VIENE CON EL PADRE Y JUNTAMENTE CON EL.

Juan 6:46 declara:
“No que alguno haya visto al Padre, sino Aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre”.

La palabra “de” en griego es “para” que significa “al lado de”. El sentido aquí es “desde y con”.
Cristo no sólo viene del Espíritu del Dios Triuno, sino también con el Espíritu del Dios Triuno. Aunque procede del Espíritu de Dios, Él todavía está con el Espíritu del Dios Triuno.
Jn. 8:16, 29; 16:27 dicen:

8:16 Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.
29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada.

16:27 pues el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado, y habéis creído que yo salí de Dios.

Cuando usted recibe al Espíritu del Hijo de Dios, recibe también al Espíritu del Padre, porque el Espíritu del Padre está con Él. Juan 1 Jn. 2:23 dice:

23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.

Todos los que quieren tener el Espíritu del Padre tiene que aceptar juntamente al Espíritu del Hijo, que es el Espíritu de Jesucristo Glorificado.
De otro modo no tendrían nada. Muchas mentes prestigiosas en el pasado, aceptaron que era necesario creer que había un Dios. Pero no creían que Jesús fuese Dios, judíos incluidos.
Pero, hermanos y hermanas, si no aceptamos que forzosamente el Espíritu de Dios es personal y cooperativo, en una unidad espiritual, ciertamente no podemos tener una relación con Él.

V.     EN EL HIJO TAMBIÉN HAY EL ESPÍRITU SANTO.

En el Espíritu del Hijo, también hay el Espíritu Santo.
Algunos piensan que el Espíritu del Hijo está separado del Espíritu Santo o es diferente del Espíritu Santo.
Ellos piensan que el Espíritu “representa” al Hijo. Pero de acuerdo con la Biblia, el Hijo encarnado no sólo nació del Espíritu Santo, vivió conforme al Espíritu Santo, y trabajó y luchó por el Espíritu Santo (Lc. 4:14; Mt. 12:28), sino que también fue hecho el espíritu vivificante que se imparte a los creyentes por medio de la crucifixión, la resurrección y la glorificación, por esto lo llamamos Espíritu de Jesucristo Glorificado o espíritu vivificante. En 1 Corintios 15:45 dice que:

“Fue hecho... el postrer Adán, espíritu vivificante”.

El “postrer Adán” representa al Hijo Unigénito de Dios que se encarnó como el Cristo para crear el Nuevo Hombre mediante Su Espíritu.
El es quien murió, el que fue sepultado, el que resucitó y que ascendió al cielo para ser glorificado, para terminar con toda la descendencia de Adán. En Su glorificación, fue hecho el espíritu vivificante y en Él reside la realidad del Espíritu del Dios Triuno y la esencia del Nuevo Hombre.

En 2 Corintios 3:17 leemos: “El Señor es el Espíritu”.

No hay la menor duda, que el Espíritu del Hijo, no es simplemente el Espíritu del Padre, sino también el Espíritu de Jesucristo Glorificado en su resurrección y glorificación.
Hermanos y hermanas, Si no creemos estas realidades, ciertamente perderemos todas las ventajas de ser Huiós del Espíritu del Dios Altísimo, parte inamovible del Espíritu del Dios Triuno por toda la eternidad en un cuerpo espiritual, personal y cooperativo.

VI.    TODA LA PLENITUD DE LA DEIDAD MORA EN EL.

Podemos ahora entender claramente que el Espíritu del Hijo es el Espíritu del Dios Triuno completo. Él no es simplemente el segundo de la Trinidad, ni sólo la tercera parte de la Trinidad. Tampoco es un Dios separado o algo aparte de Dios. Más bien, El Espíritu de Cristo, es el Espíritu del Dios Triuno.
El Todopoderoso, el Padre Eterno, el Cristo, que fue concebido del Espíritu Santo y vino “desde y con” el Padre.
En Colosenses 1:19 se dice:

“Por cuanto agradó a toda la plenitud habitar en El”,

Y 2:9 agrega:

“Porque en El habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”.

Cristo Glorificado es la corporificación del Espíritu del Dios Triuno; toda la plenitud del Espíritu del Dios Triuno mora en El corporalmente.
Por consiguiente, El contiene todo lo que el Espíritu del Dios Triuno es. Él expresa al Espíritu de Dios en toda Su plenitud. Este Espíritu puede estar en todo corazón que lo quiera recibir.
Muchos filósofos modernos hacen hincapié en los sentimientos y las necesidades del hombre y que lo bueno es aceptarlas y vivirlas en plenitud para ser felices. Ellos siguen a la ley del bien y del mal. Todo lo que está bien para el hombre hay que hacerlo sin ningún escrúpulo.
Pero el Espíritu del Dios Triuno vive por otra Ley y es la Ley de la Verdad y la Vida, es la Ley de Su Justicia y de Su Santidad.
Si una persona tiene el Espíritu del Dios Triuno en su ser, puede vivir esta Vida y esta Ley, no solo en esta tierra, más para toda la eternidad.
Esto es debido que hacemos parte de este Espíritu Eterno y debido a esto, nuestro gozo es infinitamente más grande que simplemente seguir la ley de este mundo, que es la ley del bien y del mal que, más bien de acercarnos al Espíritu de Dios, no aleja de Él, debido que sea el bien que el mal, producen vanagloria.

¿QUE TE PARECE Y QUE PIENSA HACER AL RESPECTO?

Revisado por Armando Zanolla

Berlín el 09 de setiembre del 2014
Revisión el 10 de setiembre del 2014
Revisado el 17 de setiembre del 2014
Revisado el 15 de marzo del 2017
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